Me parece que el cine está haciendo su poco de trabajo a favor de la paz en el mundo. Claro que podría hacer más, pero lo que hace pudiera notarse en mayor proporción si las distribuidoras se encargaran de promover las cintas correspondientes o imponer el gusto por ellas.
Según se ve consuetudinariamente, los países del tercer mundo, y los latinos de modo particular, y otros de producción cinematográfica medianamente desarrollada, como España, son bombardeados por un cine fomentador de la violencia y estimulador de la estupidez. Y tiene éxito de público este cine inconveniente al desarrollo humano. Debe inclusive estar recibiendo buen apoyo de fondos estatales en EE UU el cine que promueve la guerra, una industria tan cara a su economía.
¿Qué pasa con el cine inteligente que necesita el mundo de hoy? Ese cine se produce, aunque en menor cantidad. Lo que más está necesitando el mismo es un público más ávido de verlo y que, consecuentemente, lo exija dando la espalda a la bazofia que se nos ofrece frecuentemente. En EE UU mismo se produce buen cine que nos llega poco por temor a pérdida de la inversión.
Los cinéfilos debemos imponer nuestro buen gusto y sensatez rechazando las producciones que nos alienan y manifestando nuestro gusto por un cine más alegre, más pacifista. Ayudemos con nuestro respaldo económico, a través de la compra de boletas, los musicales y las comedias, el cine infantil sin violencia gratuita, las historias de buen amor, las producciones de corte filosófico… Los distribuidores acabarían por entender.
No sería un trabajo difícil. Con un poco de atención y memoria bastaría. Comencemos!
